La espera

La espera .
Hermanos : cada uno es cada cual y anda siempre con lo que uno es y tiene .
Yo dispongo de palabras y se las mando .
Son como tambores llamando a la calma , a la espera que no debe ceder a la impaciencia.
Pues la impaciencia se parece a un río adolescente, que sólo anhela correr para demostrar a los otros que sí es un río.
Y a quién le demostraremos que somos ríos inquietos ?
Quién nos enrostrará nuestra actitud si no hacemos lo que los otros esperan de nosotros?
Mantengamos nuestra fe inconmovible.
Somos los creadores de los Nuevos Evangelios.
Es más , haremos poesía con la verdad corriendo liberta como un río , pero cuando sea el tiempo para que sea un río de amor y de luz sobre la esta tierra bendita .
Si no sucedió es que no es el tiempo.
Y si no es el tiempo es que no puede ser.
Y si no puede ser ahora , ya lo será más tarde.
Más tarde supone esperar.
Y esperar se basa en la fe.
Y la fe nos acerca a Dios .
Y Dios nos acerca a nosotros mismos .
Pues nosotros mismos somos parte de Dios.
Y si somos Dios el tiempo no es relevante .
Sólo hay que pensar esperando con fe.
Y esperar con fe es esperar con Dios.
Es decir esperar junto a nosotros mismos .
Sin aceptar que otros , que no saben ,
se entrometan en nuestra espera .
Pues las esperas son personales .
Nadie espera por otro .
Ni nadie puede esperar por nosotros.
Aunque nos una la misma espera .
Cada cual es calma de su propia espera .
Yo en mi aguardar me calmo como la llovizna
cae sobre el verdor de la mañana .
Y espero sin esperar ,
pues esa espera me hace libre
ante mí y ante Dios.
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